Por: Rodrigo Lillo
Estado y Ciudadanía
Cuando reflexionamos sobre políticas que mejorarían nuestra convivencia con el entorno, garantizando la igualdad de oportunidades y el cumplimiento de los derechos políticos, económicos y sociales contemplados en nuestra constitución, hablamos del rol del Estado como garante.
Buscamos como sociedad, poder generar responsabilidades ciudadanas y orientar la formación con un enfoque que integre los conocimientos técnicos y operativos para el cumplimiento de las obligaciones tributarias, así como de aquellos elementos éticos que le permitan tomar una decisión acertada en cada momento que se vincule con el Servicio de Impuestos Internos y, en general, con las dependencias de la Administración Pública, a fin de que impacte de manera positiva con su contexto inmediato y con el país. Como ciudadanía, a través de nuestros impuestos y aceptando la necesidad del Estado con la vida en común, nuestra búsqueda del bienestar colectivo queda abordado por los temas que se han seleccionado para cubrir las expectativas planteadas, que van desde la definición organizacional de la Administración Pública, el Ciclo de Vida del/de la Contribuyente, los Derechos y Deberes del/de la Contribuyente, hasta los principios para fundamentar la cooperación con el bien común. Así, se brinda al futuro un cúmulo de información que le permitirá cumplir su papel de contribuyente de manera ágil, responsable y convencida durante su vida, participando así en la construcción de una ciudadanía más consciente y responsable de sus derechos y deberes fiscales.
El Estado tiene, básicamente, dos vías para generar ingresos:
- Una, a través de su propia actividad económica.
- La otra, mediante los impuestos aplicados a las propiedades y la actividad económica de las empresas y ciudadanos/as.
Impuesto y consentimiento ciudadano
Seguramente en más de una ocasión has oído hablar de los impuestos y probablemente habrás leído sobre el tema, no obstante, los ingresos tributarios (impuestos), derivan de los aportes económicos efectuadas por los/as ciudadanos/as en proporción a sus ingresos. Estos ingresos tributarios están integrados por todos los impuestos de las diversas actividades o hechos económicos de los/as contribuyentes. De esta manera el Estado cumple variados roles en la economía, como regular el funcionamiento del sistema económico nacional y fiscalizar el cumplimiento de las normas que aseguran que el mercado sea abierto, informado y competitivo, planifica inversiones de sus dineros en el exterior, obras públicas de relevancia y establece un ambiente de confianza.
Lograr un equilibrio entre las demandas ciudadanas y la capacidad gubernamental de respuesta a las mismas es una tarea compleja.
Precisa de la existencia de acuerdos entre los principales sectores de la sociedad sobre un modelo de Estado y unas pautas mínimas que vinculen el pago de impuestos con los beneficios que obtiene el conjunto de la población de las políticas de gasto público.
La conciencia tributaria, es el producto de una relación colectiva, pero también singular, entre la ciudadanía y su propio sistema político y gubernamental. Podría concebirse como el entendimiento que el/la ciudadano/a tiene de la propia conciencia de los políticos y de los administradores de la cosa pública y que se constituye en el determinante de su comportamiento en términos tributarios.
Se trata, entonces y así, de una relación de conciencias:
- la de los/las ciudadanos/as, por una parte;
- la de los políticos y gobernantes, por otra.
Admitimos que, estructuralmente, la conformación de una conciencia tributaria es tarea difícil. Los impuestos son, por definición, una carga.
Más en una época y en un medio donde, diríase, la conciencia promedio del hombre y la mujer de hoy, está más cerca del bolsillo que la razón o del corazón.