Violencia Infantil / Adolescente

Los casos de violencia ocurridos en distintas ciudades del país han generado un intenso debate respecto al tema. ¿A qué se debe esta conducta?, ¿cómo enfrentar un fenómeno que involucra en forma creciente a menores de edad?, y, fundamentalmente, ¿de qué manera se puede prevenir en el tema?, son las interrogantes que están a la base de la discusión pública.

Tratando de responder a estas interrogantes, comenzamos analizando la primera de ellas:


¿A qué se debe dicha conducta?


Las investigaciones fundamentalmente se han centrado en los casos de colegios de extrema pobreza y han concluido que los establecimientos más exitosos en este sentido son aquellos que además de estar muy bien organizados, se caracterizan por un clima de convivencia democrática.

«La organización que es exigente y democrática genera contextos que mejoran el aprendizaje y donde no se observa violencia, a diferencia de las organizaciones autoritarias y desorganizadas. Ese último son los contextos que generan la violencia»

– Isidora Mena, psicóloga de la Universidad Católica –

El uso de la violencia verbal, psicológica y física se ha convertido en una forma de vida en la mayoría de los colegios públicos del gran Santiago. Así lo confirmaron los investigadores de la Escuela de Trabajo Social y de Psicología de la Universidad Academia Humanismo Cristiano quienes, durante un año, realizaron una investigación psico social en liceos de las comunas de San Joaquín, Lo Espejo y San Ramón. Luego de entrevistar a grupos de jóvenes, docentes y para docentes, concluyeron que la violencia en los colegios es reflejo de la sociedad y que es representativa de los ambientes donde nacen y crecen los jóvenes.

Algunas de las respuestas de los alumnos son: “Es que ahora se cree que entre más malos sean, mejor catalogados van a ser” o, “si no eres violento te pasan a llevar”. Se reconoce también distintos tipos de violencia en los colegios tales como la física (golpes, peleas, riñas, cuchillazos, balazos, sablazos) y psicológica, como “molestar a un compañero hasta que se ponga a llorar por los defectos que tiene”.

¿Quién es el culpable entonces? A mi parecer es una suma de factores negativos que hoy en día se generan en la sociedad a través de distintos medios: televisión, videojuegos, música, etc.

La segunda pregunta planteada es:

¿Cómo enfrentar un fenómeno que involucra en forma creciente a menores de edad?


En mi opinión la violencia de los jóvenes proviene de otros agentes socializadores externos a los recintos educacionales, no se puede desligar de los ámbitos sociales de los que forma parte. Esto se refleja muy bien en respuestas como: “Hay que tomar en cuenta que la educación empieza por la casa. Si tu papá tiene pistolas, obvio que las lleve al colegio. No se puede poner disciplina, buenas costumbres si en la casa hay cosas peores”. Ciertamente la escuela es depositaria de la violencia que caracteriza a los lazos sociales y culturales de una sociedad determinada en un momento histórico particular, sin embargo hay una tendencia al ocultamiento de la violencia que la propia escuela agencia en función o no de su contrato educativo. Por lo que la mejor forma de enfrentar dicha situación es por medio de la comunicación en el núcleo familiar, estar al tanto de lo que ocurre en el medio en el que los hijos se desarrollan.

Y por último

¿De qué manera se puede prevenir en el tema?


Entre las propuestas planteadas está rebajar la edad de la responsabilidad penal o la puesta en práctica de medidas de control en los colegios, como detectores de metales y la inspección de las mochilas. Pero aquello tiene sus “pro” y “contra” ya que se trataría al alumnado poco menos que como “criminales” lo cual no es bueno para el ambiente educacional en general.

Otra propuesta para disminuir el uso de la violencia en los colegios que se caracteriza por la utilización de un lenguaje grosero, ofensivo, descalificador (sobrenombres, burlas, amenazas llegando hasta el enfrentamiento con diversas armas blancas) nace la necesidad de instalar el tema en el debate público; en los procesos de Reforma Educativa promovidos desde el Ministerio de Educación y en el quehacer cotidiano de los propios establecimientos educacionales. Estiman que la única solución es reconocer la gravedad del problema y determinar políticas que propendan al desarrollo de una efectiva cultura democrática.

¿Qué soluciones propones tu?

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Autor: Feña

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