Terremoto en Chile

El 27 de febrero del 2010 será una fecha que difícilmente olvidaremos. A eso de las 3:34 de la mañana un terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter azotó la zona centro-sur de nuestro país, afectando al menos dos tercios de la población nacional. Además,  algunas localidades costeras fueron arrasadas por un maremoto que empeoró aún más la situación.

El terremoto se sintió más fuerte entre las Regiones de Valparaíso hasta la de La Araucanía, pero las Regiones del Maule y del Bío-bío fueron las más afectadas por el terremoto. Algunas de sus localidades como Dichato, Iloca y Duao prácticamente desaparecieron, arrastradas por el mar.

Catástrofes como ésta, nos muestran la vulnerabilidad del ser humano frente a las poderosas e impredecibles fuerzas de la naturaleza. Los cortes del suministro eléctrico generaron una incomunicación casi total, por lo cual fue, y aún sigue siendo dificultoso, tener información cabal acerca de la totalidad de damnificados, fallecidos y desaparecidos. A la vez, esta falta de comunicación sumió en la incertidumbre a los familiares y amigos de residentes de las zonas afectadas por el terremoto, quienes después de varias horas pasado el sismo pudieron contactarse con sus seres queridos, sin embargo, hay algunos que aún no logran comunicarse.

El único medio de comunicación que estuvo funcionando luego del terremoto fue la radio, la cual informaba de edificios y casas caídas, personas desaparecidas, caos por un nuevo maremoto o tsunami,  gente desesperada buscando a sus seres queridos, incertidumbre ante las localidades incomunicadas.

Posteriormente, los saqueos a supermercados y luego a casas, contribuyeron a aumentar el caos en esta zona. La gente pedía a gritos la presencia de militares en los lugares afectados, y éstos, aún cuando el estado de catástrofe había sido declarado un día antes, comenzaron a actuar el lunes 01 de marzo en la tarde, aplicando el toque de queda y tomándose las calles de ciudades como Concepción y Talca.

Los suministros de electricidad y agua potable han sido reactivados casi totalmente en las zonas menos afectadas por el terremoto, en tanto en las zonas más afectadas la mayoría de la población se encuentra sin estos suministros básicos.

Las ayudas han comenzado a canalizarse, pero aún quedan sitios en los cuales no ha llegado ninguna. La gente clama por cuestiones tan básicas como el agua y alimentos.

El espíritu de solidaridad de los chilenos ha estado más latente que nunca durante estos días, y es así como asociaciones de diferentes tipos se han organizado en pos de ayudar a nuestros hermanos chilenos afectados por esta catástrofe.

Algunas instituciones que están canalizando las donaciones a los afectados por el terremoto y maremoto son la Cruz Roja que recibe donaciones en dinero a la cuenta corriente Nº 362883 del Banco Estado y además en sus filiales ubicadas a lo largo de todo el país se reciben alimentos no perecibles,  kit de aseo personal (cepillos y pastas de dientes, papel higiénico, jabón, champú, etc.), frazadas en buen estado, leche y pañales.

Otras instituciones que están recibiendo donaciones de alimentos no perecibles, pañales y leche son Caritas Chile, Un Techo para Chile, Hogar de Cristo, Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Federación de Estudiantes de la PUC, Universidad del Desarrollo, Universidad Mayor, entre otras.

Las donaciones desde el exterior serán canalizadas por Unicef y por Direct Relief International. Se puede donar en el siguiente sitio: http://www.google.com/relief/chileearthquake/. También puede donarse por medio de Citibank, cuenta corriente Nº 9941973331, código ABA: 021000089, dirección: 153 east 53 Rd. Street 4th floor, New York, NY 10022.

Otra forma importante de ayudar es acudir a los bancos de sangre dispuestos en los hospitales de vuestras ciudades y, además , en la mayoría de las filiales de Cruz Roja a nivel nacional se recolectará sangre de dadores universales durante los días miércoles 3, jueves 4 y viernes 5 de marzo.

Nuestro espíritu solidario y las ganas de ayudar a nuestros hermanos tienen que estar más presentes que nunca. Cada uno tiene que entregar lo mejor de sí para poner nuevamente a Chile de pie.

¡Fuerza Amigos y a seguir luchando!

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Autor: Feña

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