LOS PINGÜINOS VOLVIERON A LAS CALLES.

¿Se acuerda de esa generación en la que usted creyó?, la que miraba por la tele, o cuando iba por Alameda en el auto para ir a trabajar y un dulce cabro chico le decía: “Tía, ¿nos da una moneda? Es que estamos en toma en nuestro liceo y necesitamos comprar alimentos” Bueno, crecimos…

Hoy, estamos en nuestras universidades y revivimos una lucha, quizás una de las únicas luchas que tuvo sentido para la ciudadanía desde hace mucho tiempo. Marchar, parar, tomarse por una educación mejor, por el legítimo derecho a ser escuchados y respetados por Chile y atendidos en una demanda justa.

Para que se haga una idea, hoy, hay varias instituciones tomadas, otras en paro indefinido, y en constante diálogo ciudadano para revitalizar a un muerto que debe revivir.

Sabíamos que esto no podía continuar así. Créditos con aval del Estado que triplican el precio de lo firmado por una carrera cualquiera, profesionales que en un 85% no trabajan en lo que estudian, colegios divididos por ingreso económicos de los padres, cesantes ilustrados, etc.

La misma generación que usted respetó, lo llama a poner atención en lo que sucede actualmente con el sistema de Educación Superior, el que hoy por sobre todo, se vuelve una piedra en el zapato del progreso del país y que por poca voluntad política y 0 madurez del tema, no avanza; profundizando un sistema perverso donde producir profesionales a los más bajos costos y con la mayor efectividad posible se vuelve un valor social; descuidando el para qué fueron pensadas las casas de estudio originalmente.

Los pingüinos del 2006, salieron de su invierno y ponen en la mesa un problema arrastrado desde 1981. Se toman la vía pública para intentar, en su sentido más romántico, cambiar las cosas como en aquel invierno de camisa y corbata, ahora, en otro pero con polera y jeans. Esto no se queda ahí, o acaso ¿usted cree que no aprendimos de la revolución pasada?

Una gran lección tuvimos cuando hicimos las tomas fantasmas, evadimos el accionar de carabineros, generamos mesas de diálogo con parlamentarios y actores contingentes, pedimos plata en la calle, hicimos patria compartiendo un sueño con nuestros compañeritos y compañeritas del colegio.

Hoy, el Estado tiene una deuda pendiente, y venimos a cobrarla. Incluso, puede ir más allá, porque no siempre será EDUCACIÓN el problema, el MEDIO AMBIENTE, el MATRIMONIO HOMOSEXUAL y muchas otras medidas son piezas fundamentales para una sociedad avanzada culturalmente, pero que no vemos hasta el día de hoy cuando la sensación temporal del cambio, se siente a un tweet.

Necesitamos no sólo oídos, sino que bocas, manos, disposición, integración y por sobre todo una democracia de verdad para crecer como personas y principalmente como ciudadanos. Pues, el fondo del problema pasó a ser la forma de como se hacen las cosas en Chile.

Estamos chatos de que nos pasen a llevar en todas las decisiones y por eso, los pingüinos viven una vez más, hoy, más grandes, peludos e inteligentes. Ávidos de la sensación de cambio, queremos dejar el iglú de lado y tomar la vía pública para apelar al sentido común y terminar con los oídos sordos de los que gobiernan.

Atentos

 

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Autor: Fabian Padilla

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