Escrito por Fraternidad Juvenil APE el Sep 11, 2020
PERDONAR LO IMPERDONABLE
“A 47 años del Golpe Militar” Hace 47 años las Fuerzas Armadas tomaron el control del país, iniciando 17 años de una Dictadura cívico – militar, la que estuvo marcada por actos de represión y violencia, dejando a miles de víctimas, incluso muchas de ellas, con paraderos desconocidos hasta hoy. El día de ayer, el Presidente de la República, Sebastián Piñera, dice “el 11 de septiembre es una fecha que divide a los chilenos. Hay interpretaciones distintas, hay hipótesis encontradas, hay sentimientos confrontados… yo espero que el 11 de septiembre sea un día que no divida a los chilenos, sino que todos juntos podamos aprender las lecciones”, anunció el mandatario. Es difícil hablar de unión, más difícil es pensar en sentimientos encontrados. Cuando el denominador común es el dolor. Unión y perdón son conceptos repetitivos en esta fecha, sobre todo para aquellos que pretenden “dar vuelta la página” (por ellos ojalá pudieran borrar las fotos e imágenes que incluso les vincula al círculo cercano del Dictador). ¿Es viable el perdón, después de 47 años del Golpe Militar? Para estas posibles respuestas me parece imprescindible tomar como referencia la compilación de conferencias de Jacques Derrida en las Universidades de Cracovia, Varsovia y Atenas en el año 1997. Estando esta y otras conferencias, compiladas en un texto llamado Perdonar lo imperdonable y lo imprescriptible del año 2017. El concepto “perdón” se puede utilizar de al menos dos aspectos lingüísticos: a) como sujeto en un enunciado constatativo. “El perdón es esto”, “el perdón es aquello”; b) en un enunciado performativo. “Por favor, perdón”, “perdónenme, se los ruego”. Lo anterior, desde el análisis del discurso es muy relevante. Desde la vuelta a la democracia, se habla del perdón como un sujeto, es decir estoy hablando de algo o alguien, el perdón se vuelve entonces, en esta medida, en el nombre de un tema o de un problema teórico a tratar en un horizonte del saber. Sin embargo, el perdón jamás se ha manifestado como un enunciado performativo, donde no se describe un sujeto o hecho, sino que se realiza una acción. En este caso, es imprescindible el uso explícito o implícito del “yo”, o más bien, de una primera persona gramatical, ejemplo, “(yo) te pido me perdones” o “(nosotros/as) te pedimos perdón” Ahora bien, no es al azar que se utilice el perdón,...
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